Esta exposición muestra más de un centenar de piezas entre dibujos, grabados, libros ilustrados, fotografías, carteles y escritos de Pablo Picasso. Ofrece una novedosa panorámica de las relaciones de Picasso con el mundo literario y es el resultado de una extensa investigación realizada en el Centro de Documentación de la Casa Natal.

Au rendez-vous des poètes, es decir, reunión o punto de encuentro poetas, era la frase que recibía a quienes se adentraban en el taller del Bateau-Lavoir. Picasso la escribió en la puerta de ese lugar mágico, según lo describía Apollinaire, donde se fraguó el lienzo que marcaría el destino de la modernidad: Las señoritas de Aviñón.

Ya desde su juventud, Picasso se rodeó de poetas e ilustró textos en revistas. Fruto de esos contactos fueron sus más de 150 libros ilustrados lo que, unido a sus frecuentes lecturas, le dio una base cultural y creativa útil para trasladar a su pintura el conocimiento y la sensibilidad compartidos entre versos, estrofas y capítulos. La literatura tuvo, por tanto, un papel crucial en el devenir de la historia del arte.

La exposición comienza con las primeras aproximaciones juveniles a la literatura. Además de rodearse de escritores como Sabartés o Reventós en Barcelona, en Madrid, antes de cumplir 20 años, compartió páginas con grandes figuras de la Generación del 98 como Baroja, Azorín o Unamuno y unos años después convivió en París con Max Jacob André Salmon o Apollinaire, quienes le acompañarían en el camino de la vanguardia. Es precisamente para el último de ellos que Picasso realizó los primeros dibujos destinados a su primer gran proyecto de ilustración: El bestiario o El cortejo de Orfeo, aunque quedó abandonado por el artista, aparece esbozado en numerosas páginas del cuaderno número 7 para Las señoritas de Aviñón y protagoniza el primer espacio de la exposición.

No muy lejos de ellos, Rilke admiraba el Picasso azul y Gertrude Stein le abría la puerta a la posibilidad de vivir de su arte y alcanzar una independencia real.

La segunda parte está dedicada a la literatura comprometida, con un Picasso que satirizaba en Sueño y mentira de Franco la historia del general sublevado o cuenta con el símil tauromáquico el horror de la ocupación nazi de Francia (La corrida de luto). En este apartado destacan también los retratos para héroes y heroínas de la Resistencia como Madeleine Riffaud, Nikos Beloyannis o Max Barel, y otras publicaciones en compañía de quien más le animó a implicarse en la realidad sociopolítica de la época: su gran amigo Paul Eluard.

En la tercera sala se encuentran obras ilustradas de Cocteau, Reverdy, Goll o Césaire, que en su conjunto muestran el interés de Picasso por la esquematización y la búsqueda de la simplicidad y de una humanidad primaria. Tras ellos están los amigos catalanes reencontrados como Ors, Sabartés o Reventós, para quienes realizó bellas litografías y grabados de temática cotidiana, mítica o mediterránea.

No podían faltar autores como Alberti y Cela. El primero de ellos escribió numerosos poemas sobre Picasso e integró junto con su yerno Roberto Otero la última tertulia del pintor. El escritor gallego, por su parte, publicó los Dibujos y escritos del malagueño siguiendo sus propias indicaciones, y de este libro podremos ver un ejemplar especialmente dedicado y realzado con dibujos a rotulador para Eugenio Arias.

Por último, la sala que cierra la muestra se centrará en la faceta de escritor del artista, con varias de sus obras publicadas en formato libro y, en las paredes las que además fueron ilustradas por él mismo: Poemas y litografías y El entierro del conde de Orgaz.