Madeleine Arias: "Españoles en el París de la posguerra"
Pablo Picasso. Monumento a los españoles
muertos por Francia (1946-47)
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid) © Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2021
- Lugar:
- Salón de actos del Museo Casa Natal Picasso
- Dirección:
Plaza de la Merced, 15
- Precio:
- Entrada libre hasta completar aforo. Invitaciones disponibles desde las 9:30 h del día 15
- Contacto:
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Tel./fax: 951 92 88 20. WhatsApp: 687 077 133
Email: museocasanatalpicasso@malaga.eu
- Inicio:
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- Finalización:
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Antes de la conferencia (17:00), se hará una visita guiada gratuita a la exposición Vilató. 100 obras para un centenario
Invitaciones disponibles desde las 9:30 h del día 15
Esta actividad forma parte del XXXIV Octubre Picassiano
A propósito de la exposición Vilató. 100 obras para un centenario, esta conferencia abordará la experiencia de los artistas españoles que tras la Guerra Civil se vieron obligados a refugiarse en París de la posguerra, aunque incidiendo en la pluralidad en el espacio y en el tiempo de la "España del exilio”.
Madeleine Arias es hispanista, catedrática de Literatura e Historia del mundo hispánico. Ha impartido Filología Hispánica en la Universidad de París–Villetaneuse y en la Universidad a Distancia (CNED) y ha dado clases de Geopolítica del Mundo Hispánico en el Instituto de Ciencias Políticas de París. Jubilada desde hace tres años, en todas las etapas de su vida docente compartió con sus estudiantes la pasión por la lengua, la literatura, la historia y la cultura de España y Latinoamérica.
Interesada desde siempre por la cuestión del exilio republicano en Francia, por su condición de esposa del hijo de uno de esos exiliados (Eugenio Arias, el famoso amigo y peluquero de Picasso en Vallauris), y particularmente después de la desaparición de ambos, considera un deber contribuir al conocimiento de este colectivo. A Eugenio Arias, joven combatiente republicano procedente de Buitrago del Lozoya (Madrid), le cambió la vida y le devolvió la esperanza su encuentro con el más emblemático de los representantes del exilio republicano, Pablo Picasso, al que vio, por el cariño que le tenía, como "su segundo padre". Comulgando con el firme compromiso de no volver a su querida patria antes de que se restablecieran las libertades democráticas, Picasso le regaló unos testimonios de su amistad que le permitieron crear un pequeño museo al regresar, en democracia, a su pueblo natal. Esa determinación es otra magnífica prueba, a menudo silenciada en la historia del arte, del compromiso indefectible de Picasso con la República.
Y es que caben en el exilio republicano tanto los artistas que recalaron en los campos de concentración del Rosellón después de haber desempeñado una intensa labor creativa durante la contienda –artistas que siguieron luchando a punta de lápiz o de pincel, incluso en las condiciones precarias en las que se encontraban, para dar testimonio de lo que vivían-, como los artistas ya famosos que vivían en París antes de la guerra y apoyaron a la República en el momento del golpe de estado. Podría hablarse de un “arte en resistencia” versus la Escuela de París. Para ambos grupos, Picasso jugó un papel fundamental como referente ineludible, por ser a la vez la máxima encarnación de la vanguardia artística y el firme defensor del ideal republicano.
También es preciso ahondar en las diferencias topográficas (París versus Toulouse) y cronológicas (la situación cambia si nos encontramos antes, durante o después del final de la segunda guerra mundial). En el caso de Picasso, por ejemplo, durante la Ocupación sufrió una situación de cierto riesgo, como extranjero y artista degenerado que podía ser expulsado por las autoridades nazis, mientras que en la posguerra jugó un papel relevante al apadrinar exposiciones de los artistas españoles en París e incluso en Praga.
En fin, se destacará la huella que dejó en Francia el colectivo artístico republicano y su aportación al país.