Nacido en 1981 en Anxi (China), localidad montañosa conocida como la capital del té, este lugar juega un papel crucial en la sensibilidad de Chen Chunmu hacia el mundo natural.

Su obra, centrada en el ámbito pictórico, se nutre de los recuerdos de los parajes de montaña y los entornos forestales de su infancia, además de sus amplios conocimientos de botánica. En sus cuadros, las formas orgánicas y un particular microcosmos cobran protagonismo en paisajes oníricos y surrealistas, donde el artista aborda temas como la interconexión entre el hombre y la naturaleza, la fragilidad de la existencia y los ciclos de vida y muerte.

A través de sus creaciones, Chen se sirve de paisajes exteriores e interiores, donde los sentimientos impulsan los trazos cargados de materia pictórica. En su obra, otorga identidad y vivacidad mediante pinceladas fluidas de óleo y acrílico, en las que se identifica la herencia ancestral de la caligrafía china.

La pintura tradicional de este país es una expresión artística profundamente influida por las filosofías y tradiciones de su cultura, donde el paisaje es un tema central. Esta pintura no busca solo capturar la apariencia de la naturaleza, sino expresar su esencia espiritual. Esta tradición, que hunde sus raíces en filosofías como el taoísmo, el confucianismo y el budismo, considera la naturaleza como un reflejo del orden cósmico.

Chen realizó su formación artística en el Departamento de Pintura al Óleo de la Universidad Normal de Fujian, donde se graduó en 2003. Actualmente vive y trabaja en Pekín, donde desarrolla su obra. Sus pinturas han sido expuestas en multitud de espacios en Asia y forman parte de importantes colecciones.